En mi recorrido clínico, he encontrado una creciente preocupación e inquietud en torno al tema de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y su impacto en la salud mental y el bienestar psicosocial. A lo largo de conferencias y consultas, he tenido la oportunidad de adquirir conocimientos actualizados y valiosos que deseo compartir contigo. En esta publicación, exploraremos las implicaciones psicológicas de las ITS, brindándote información actualizada y perspectivas desde el ámbito de la psicología. Acompáñame en este recorrido para comprender mejor el panorama de las ITS y su influencia en nuestra salud mental y emocional.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) continúan siendo un tema rodeado de estigma y tabúes en nuestra sociedad. Esta falta de apertura y comprensión puede llevar a sentimientos de vergüenza, culpa y aislamiento en las personas afectadas. En esta sección, nos adentraremos en la importancia de desafiar los estigmas asociados a las ITS, fomentando un ambiente de apoyo y comprensión para aquellos que las experimentan.
Las ITS pueden tener un profundo impacto en la salud mental y emocional de quienes las padecen. Sentimientos de ansiedad, miedo, depresión y baja autoestima son comunes en aquellos que enfrentan el diagnóstico de una ITS. Exploraremos las diferentes formas en que estas infecciones pueden afectar la salud mental y brindaremos estrategias para manejar el impacto psicológico y promover la recuperación emocional.
Las ITS no solo afectan a nivel individual, sino que también pueden tener un impacto significativo en las relaciones íntimas. La comunicación abierta y la confianza en la pareja se ven desafiadas, y es fundamental abordar estos aspectos para reconstruir vínculos saludables. Examinaremos cómo las ITS pueden afectar las relaciones y brindaremos consejos prácticos para restablecer la comunicación, reconstruir la confianza y promover la intimidad en parejas afectadas.
Son ocasionadas por bacterias, virus y parásitos que aparecen después del acto íntimo. Algunas también pueden transmitirse vía perinatal (de la madre al bebé) o por el contacto con una zona de la piel que presente lesiones.
Si tienes una ITS es muy probable que tu pareja también la tenga, por ello es importante que se asistan ambas partes lo más pronto posible al Centro de Salud para recibir atención.
Muchas ITS presentan síntomas similares y por ello es importante no auto-diagnosticarse ni mucho menos auto-medicarse.
Cuando observes o te percates de que «algo» ha aparecido en tus genitales, en la boca o en el ano, lo primero que debes hacer es buscar atención médica.
Las ITS se transmiten de persona a persona, la mayoría de las veces cuando no existen síntomas ni han aparecido lesiones de dichas infecciones y se desarrollan en los genitales o en algunas otras partes del cuerpo.
Si en tus relaciones sexuales no has usado condón o alguna otra forma de protección, si has observado que tu pareja tiene algún tipo de lesiones y presentas alguno de los síntomas aquí señalados, es necesario se recurra a una atención adecuada.
Todas las personas están expuestas a las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) que, de no ser diagnosticadas ni atendidas, pueden provocar daños irreversibles a la salud, incluida la muerte. Se les puede identificar mediante la simple observación y la sensibilidad de asistir a un chequeo médico. En conclusión, abordar las infecciones de transmisión sexual requiere de una atención integral que combine tanto el aspecto médico como el psicológico. Es fundamental derribar los estigmas y tabúes asociados a estas enfermedades para fomentar la comunicación abierta y el acceso a la atención médica adecuada. Además, debemos reconocer el impacto emocional y psicológico que estas infecciones pueden tener en la vida de las personas, brindando un apoyo integral que aborde tanto los aspectos físicos como los emocionales. Al trabajar en conjunto, los profesionales de la salud pueden proporcionar un enfoque holístico que promueva la salud integral y el bienestar emocional de quienes se enfrentan a estas situaciones.
Escrito el día 06/01/2022 por Psic. Aldo García