El apego es un vínculo emocional que se establece entre un niño y sus cuidadores durante los primeros años de vida y que tiene un impacto significativo en el desarrollo emocional y relacional de la persona a lo largo de su vida. Según la teoría del apego de John Bowlby, existen tres estilos de apego: evitativo, ansioso y seguro.
Las personas con un estilo de apego evitativo suelen ser independientes y autónomas, tienen dificultades para confiar en los demás y para establecer relaciones emocionales profundas. Esta forma de apego puede desarrollarse cuando los cuidadores son poco afectuosos o no responden adecuadamente a las necesidades emocionales del niño. Como resultado, la persona aprende a no depender de los demás y a evitar el contacto emocional cercano.
Ejemplo: Juan es un hombre de 35 años que siempre ha tenido dificultades para mantener relaciones duraderas. Tiene una gran cantidad de amigos y compañeros de trabajo, pero rara vez se abre emocionalmente con ellos y prefiere mantener una distancia emocional. Esto se debe a que en su infancia, su padre no estaba presente y su madre trabajaba mucho, por lo que tuvo que aprender a ser independiente y a no depender de los demás.
Las personas con un estilo de apego ansioso tienden a ser emocionalmente dependientes de los demás y a tener miedo al abandono. Suelen ser muy sensibles y necesitan constantemente la aprobación y el afecto de los demás. Este tipo de apego se puede desarrollar cuando los cuidadores son impredecibles o no están disponibles emocionalmente para el niño. Como resultado, la persona aprende a ser muy dependiente de los demás y a tener miedo al rechazo.
Ejemplo: Ana es una mujer de 30 años que siempre ha tenido dificultades para mantener relaciones saludables. Tiene una gran necesidad de afecto y atención, pero a menudo se siente rechazada y abandonada por los demás. Esto se debe a que en su infancia, su madre a menudo estaba ausente y no le prestaba suficiente atención, lo que la llevó a sentirse insegura y necesitada de afecto constante.
Las personas con un estilo de apego seguro tienden a ser seguras y confiadas en sus relaciones. Se sienten cómodas con la intimidad emocional y son capaces de establecer relaciones saludables y duraderas. Este tipo de apego se desarrolla cuando los cuidadores son afectuosos, cariñosos y sensibles a las necesidades emocionales del niño. Como resultado, la persona aprende a confiar en los demás y a establecer relaciones emocionales profundas y duraderas.
En conclusión, el estilo de apego que desarrollamos en la infancia tiene un impacto significativo en nuestra capacidad para establecer relaciones saludables y duraderas en la edad adulta. Las personas con un apego evitativo pueden tener dificultades para confiar en los demás y establecer relaciones profundas, mientras que las personas con un apego ansioso pueden ser emocionalmente dependientes y tener miedo al abandono.
Es importante destacar que estos estilos de apego no son permanentes y pueden ser modificados a través de la terapia psicológica. Un profesional puede ayudarnos a identificar patrones de pensamiento y comportamiento que nos impiden establecer relaciones saludables y a desarrollar nuevas habilidades emocionales para mejorar nuestra vida relacional.
Si deseas mejorar tus relaciones y trabajar en tus apegos, es importante que detectes tus principales fortalezas, pero también te animo a que busques ayuda profesional. Puedes comunicarte con nosotros llamando a los números de teléfono que se encuentran en nuestra página web para obtener más información sobre nuestros servicios y para programar una consulta.
Escrito el día 19/04/2023 por Psic. Aldo García